"Pinocho" Garcia quiere vender la selva

2.3.08

Se vende selva, presenten sus ofertas





¿Qué harán con la selva que prepara un paro para el 17 de marzo?, ¿Excluirán Iquitos de la APEC?, ¿Cómo castigará papá gobierno a las ciudades que no estaban en la lista de la reunión de noviembre?

El boletín policial que se edita diariamente en forma de periódico afirma ayer que el coordinador del paro amazónico es un marxista y la madrina una cocalera. Son los extremistas que no descansan –insiste–, los mismos que ya vienen de hacer un paro agrario, otro en Ayacucho y otro en el Cusco; que hacen todo eso por fregar, por malograr la gala del gobierno y las grandes empresas ante los poderes económicos del mundo, y porque quieren que sigamos pobres y atrasados.

Ya lo había previsto nuestro querido Presidente en su conocida encíclica “el síndrome del Perro del Hortelano”, donde se desarrolló la magistral idea de que la selva es un territorio desperdiciado con inmensas posibilidades de sacar madera si entregamos al capital extranjero los cientos de miles de hectáreas que aún quedan después de haber lotizado la Amazonía entre las empresas petroleras.

Que eso de la propiedad de los pueblos indígenas y de las comunidades no contactadas era puro cuento comunista, porque ahora los rojos andan disfrazados de verdes ambientalistas, pero siempre oponiéndose a la inversión. Nadie debe pensar que es el gobierno el que anda armando incendios con el decreto sobre el tercio superior, la ley del patrimonio turístico, los incumplimientos con los agrarios y la ley de la selva, sin contar con el huaico de las normas para adaptarnos al TLC.

Hablando de verdes
A García también le gusta el verde, sobre todo en billetes de 100 y 500. La filosofía que hoy nos gobierna es que nada importa tanto como un inversionista satisfecho. Por eso el proyecto de ley de la selva (PL 840-2006), que no inventa nada porque ya la ley 28852 de Toledo había definido el camino de las concesiones madereras, sólo que este gobierno quiere subirlas de 5 mil a 40 mil hectáreas cada una, ya que toda propiedad pequeña o mediana es un desperdicio, según el saber presidencial.

Concesiones a 60 años, tómese debida nota, que cuando se hayan multiplicado empezarán a hacer imposible la vida para los pueblos originarios y las familias colonas. Es como convertir al departamento más extenso del Perú en una transnacional, afirma el padre Paúl Mc. Auley, Presidente de la Red Ambiental Loretana. Habrá un impacto irreversible en el medio ambiente y en los precarios equilibrios sociales de la selva, afirma el Ing. Rafael Chumbimune.

Efectivamente, si lo que quieren es sembrar madera para venderla masivamente en el mercado mundial y pretenden que el espacio para hacerlo es la selva, las consecuencias serán probablemente muy severas. Se tenderá a la reducción de la diversidad biológica, ya que grandes hectáreas se dedicarán a una sola especie, perdiéndose las otras; se afectará la disponibilidad de agua por la alta densidad de las siembras, alterando un ecosistema que es por esencia húmedo; aumentará la contaminación de los ríos, lagunas, bosques, por la intensificación de agroquímicos; penetrarán nuevos transgénicos forestales con los que las empresas aseguran rendimientos y homogeneidad de la producción, con efectos por ahora desconocidos. Socialmente todo esto puede arrastrar población sin tierras e ingresos, desplazamientos, migración a las zonas urbanas y nuevos cinturones de miseria, destrucción de identidades colectivas y culturales, cocalización en las laderas, etc. Económicamente esto traerá el desarrollo de emporios transnacionales con grandes territorios, que sumarán nuevas cifras de inversión y exportación a las que ahora exhibe el gobierno. Pero esto existirá al lado de millones que se habrán hecho más pobres que antes.

Por eso la protesta y no por fastidiar a nadie, buscar votos o querer imponer algún parámetro ideológico. Pero eso no se entiende fácilmente desde Lima y menos desde la altura del poder y de los negocios, donde las cosas se ven como si se tratara de puras oportunidades de hacer más ganancias, que los perros del hortelano tratan de impedir con sus paros y movilizaciones.

Leyes forestales y Amazonía
En abril del 2001, el gobierno de Paniagua dictó el Decreto Supremo 003-2001-AG que aprobaba el Reglamento de la Ley Forestal, que en su artículo 22 encarga a INRENA la elaboración del plan de reforestación en coordinación con los gobiernos regionales y locales. Nunca se hizo nada de esto.

El 13 de enero del 2005 se expide el Decreto Supremo 003-2005-AG, declara a la reforestación una actividad prioritaria y encarga a INRENA y PRONAMACHS el plan, sin coordinación con los niveles regionales y locales.

El 4 de enero del 2006, la Resolución Suprema 002-2006 aprueba el Plan de Reforestación, que abre facilidades tributarias para la inversión, fuentes de financiamiento, infraestructura y seguridad jurídica. Esto es confirmado y sancionado por la Ley 28852 de Promoción de la Inversión Privada en Reforestación y Agroforestería, de tanta importancia estratégica que fue promulgada el 27 de julio del 2006, un día antes que Toledo se quitará entre sollozos la banda presidencial.

La Ley 28852 hace posible las concesiones de grandes territorios. Con el Proyecto 840-2006, se amplía los alcances de esa ley, a través de la modificación de los artículos 2 y 7 y de dos disposiciones complementarias, básicamente orientados a aumentar la tierra concesionable y las garantías para la inversión.

Se trata de la construcción, paso a paso, de un marco jurídico para vender la selva al mejor postor.

Raúl Wiener
Unidad de Investigación

DATO

El Plan Forestal Comercial que se encuentra en ejecución plantea como meta lograr al 2024 un área de 864,500 hectáreas de plantación y una tasa de siembra de 104,500 hectáreas por año, de las cuales 588,875 (68%) se instalarán en la Amazonía a una tasa de 70 mil por año. (Ing. Rafael Chumbimune Z. “La Ley de la Selva. Ya Fuimos”)

Fuente: La Primera

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