Cuando presté mi servicio militar obligatorió allá en cuartel Gregorio Albarracín de Tacna durante el gobierno aprista, sólo se comía carne de caballo. Perdón, me equivoqué. No era carne de caballo sino los huesos del caballo, ya que la carne era vendida por los oficiales del ejército en el mercado de la ciudad.
Por tanto, durante el año y medio que estuve allí, nunca comí otra cosa que no fuera los pedacitos de carne y cartílagos pegados a los huesos del caballo.
No apruebo la venta en la modalidad "gato por liebre", sólo señalo que comer carne de caballo no tiene nada de malo. ¿Qué soldado del ejército peruano no lo come?
El colmo. Agentes de la Policía Fiscal decomisaron ayer dos toneladas de carne de caballo que iban a ser comercializadas en el mercado informal de Caquetá, informó el jefe de esa unidad, coronel Alfredo Miranda.
Señaló que los equinos fueron sacrificados en un camal clandestino de Lurín y que las autoridades sanitarias habían comprobado que no estaban aptos para el consumo humano.
La carne era transportada en un camión frigorífico por Modesto Mendoza Cárdenas, de 43 años.
Este individuo ha sido denunciado ante el Poder Judicial por los delitos contra la salud pública y el orden económico en la modalidad de informaciones falsas.
Fuente: LaUltima
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1 comentarios:
Pucha y la de perro
y la de gato?
De hecho tengo que probarlas
suena demasiado
bien
mientras sea limpia :-)
MIAM MIAM
a comeeeeeer!
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